A pesar de la
introducción de novedosos materiales didácticos, el más importante es, sin duda,
el pizarrón, probablemente el principal de todos los materiales didácticos.
Puede emplearse en todas las aulas de todos los niveles educativos, y es la
única ayuda de la enseñanza que está disponible en el momento que lo desee utilizar
el profesor.
Sus usos son casi ilimitados. Puede
emplearse para ilustrar hechos, procesos o ideas; usando gráficas, diagramas y
otros símbolos visuales. Para dar énfasis e ilustrar puntos importantes de una
lectura o demostración. Es un medio importante para la participación y practica
de la clase. Ayuda al profesor en la exposición y diseño de otras ayudas
permanentes. Puede utilizarse para complementar casi cualquier otra ayuda
visual y frecuentemente forma parte de otro medio de enseñanza, tal como
películas o televisión.
El pizarrón nunca debe ser ignorado. Siempre
ha sido importante, aun en la época en que era la única ayuda pedagógica. No
debe sustituir a otro recurso didáctico, sino que operados en conjunto se
potencializan y se perfeccionan. Puede ser una ayuda mediocre en manos de un
profesor inexperto o la mejor de todas en manos de un experto.
Así pues, a pesar de ser universal, el
pizarrón no se utiliza ni una fracción de su potencial. Es muy importante que
cada profesor, en cualquier nivel, explore las diversas posibilidades de la
enseñanza por medio del pizarrón, de manera que se logre el uso más eficaz de
la más valiosa ayuda de enseñanza.
Ese es el objetivo de éste trabajo, tratar
de otorgar las herramientas necesarias a los profesores, para que usen
adecuadamente este clásico y esencial material didáctico. Comenzaremos
señalando los vestigios históricos que hay del pizarrón, poniendo especial
énfasis en su modificación a través de cada época. Posteriormente,
aterrizaremos los conceptos que formulan
diversos autores, y mencionaremos sus características pedagógicas, sus ventajas
y desventajas y los tipos de pizarrones que hay en la actualidad. Y finalmente, otorgaremos algunos consejos prácticos,
para su correcta utilización, para que el profesor tenga una práctica docente
más significativa. A modo de conclusión, otorgaremos nuestra opinión respecto a
éste material didáctico.
DESARROLLO
HISTÓRICO
Es muy complejo
tratar de determinar quién, cuándo o dónde fue inventado el pizarrón, ya que éste
siempre fue el material didáctico más utilizado,
desde la antigüedad hasta la actualidad.
La invención del pizarrón se le atribuía a
un educador escoses llamado James Pillans (1778-1864). En 1801, el profesor Pillans, en su clase de
geografía en la escuela de Edinburgo, decide colocar un gran pizarrón en la
pared del salón de clases, para facilitar el proceso de enseñanza de sus alumnos.
El suceso causo sensación dentro de la escuela y, rápidamente, el nuevo método
didáctico se disemino por toda la escuela y, posteriormente, en Europa y,
luego, en América. Sin embargo, recientemente se descubrieron unos manuscritos
primitivos que datan del siglo XII, “que contienen ilustraciones de tablillas
suspendidas en el muro de un salón de clases, pueden apreciarse en ellas
figuras, trozos textuales del catecismo y notas musicales”[1].
La cultura romana utilizaba la tabilla de
cera, que era una tableta de madera cubierta con una capa de cera, a veces ligadas suavemente como una doble
hoja o díptico. Fueron utilizadas, como
soporte de escritura portable y reutilizable, como libros de notas
filosóficas y como registro de cuentas,
desde la antigüedad clásica hasta el siglo XV. Durante la Edad Media, se
utilizaban en las escuelas de catecúmenos, con fines religiosos.
Pero fue hasta 1830, cuando un educador
norteamericano, llamado Horace Mann, lo introdujo el pizarrón en América. En
uno de sus viajes a Europa, Horace Mann, se entera de la sensación que estaba
causando el invento de Pillans; lo analiza y verifica sus grandes cualidades
como recurso didáctico; y decide llevarlo a Norteamérica donde gozo de mucho
éxito y, posteriormente, se disemino en América Latina.
CONCEPTO
“La pizarra
constituye el recurso grafico más típico empleado en la enseñanza. Consiste en
un soporte plano, normalmente de forma rectangular, cuyo fondo suele ser negro,
azul o verde oscuro, sobre el que se puede escribir o borrar tantas veces como
se quiera”[2].
“El pizarrón es un recurso didáctico
especialmente adaptable a los símbolos visuales, posee una facultad creadora a
medida que se va visualizando una explicación o una demostración”[3].
“La pizarra sirve de apoyo al docente para
reforzar las explicaciones verbales del mismo y aumentar la participación activa
de los alumnos, favoreciendo una mayor comprensión y memorización de los
contenidos del aprendizaje”[4]
CARACTERÍSTICAS
PEDAGÓGICAS
La noción de
pedagogía aunada a la noción de recurso didáctico, implica una “elección
sabiamente pensada”, es decir, que el profesor y los fundamentos teóricos de
didáctica que posee, lo ayudaran a realizar una buena colocación,
ejecución y aplicación del recurso. Éstos
son algunos elementos que el profesor debe considerar, para un aprovechamiento
óptimo del pizarrón.
Colocación: El pizarrón debe fijarse a la pared que quede frente al
salón de clases, donde los alumnos puedan verlo fácilmente y en donde la luz no
sea reflejada por el pizarrón, ya que esto causa daños serios a la vista.
El profesor debe probar la visibilidad del
pizarrón periódicamente, observándolo desde el punto de vista de los alumnos,
desde todos los lugares del salón, comprobando el brillo para darse cuenta si
el tema y los símbolos pueden leerse. Un pizarrón sucio disminuirá
inmediatamente la visibilidad.
Grupo: El profesor debe elegir el tipo de
pizarrón, ya sea el tradicional, el blanco o el electrónico, de acurdo a las
necesidades del grupo. Debe observar las características del grupo, el rango de
edad de los alumnos, la cantidad de alumnos, etc., para realizar una adecuada elección,
siempre recordando que el alumno es el centro de la educación.
Color. El color es un elemento importante en
cualquier material expositivo. “Desempeña un papel importante en la evocación
de estados de ánimo, y causa sentimientos de alegría o tristeza, calma o
emoción, o inquietud”[5].
En el salón de clases, el color debe ser considerado de manera especial; si se
le usa inteligentemente es un auxiliar importante de la enseñanza y el
aprendizaje. Una buena regla general que
se debe seguir con respecto al color es la siguiente: sencillez.
En el pizarrón, hay que usar el menor número
posible de colores, para evitar confusiones y pérdidas de armonía. Nunca se
debe olvidar que el color actúa para llamar la atención, para dar relieve, para
poner énfasis en alguna idea, para indicar relaciones, para remarcar algún
punto importante o para dar una continuidad visual. Una de las combinaciones
más efectivas cuando el pizarrón es de fondo blanco es la utilización del color
negro, azul marino o rojo; y cuando el pizarrón es de fondo verde se recomienda
el color blanco y rojo.
Otra recomendación, con respecto al color,
es la utilización de la armonía cromática, ya que desempeña un papel importante
en la evocación de estados de ánimo:
Monocromía- matices
de un solo color. Se recomienda usar matices de azul, gris o verde
Analogía- colores
parecidos del disco cromático. Se recomienda usar negro, gris o rojo.
Complementación-
colores opuestos del disco cromático. Se recomienda usar negro y blanco, azul y
morado. Sin embargo, se debe tener cuidado en su utilización.
VENTAJAS/DESVENTAJAS
El pizarrón es el
material didáctico más utilizado, debido a que tiene varias características que
la hacen idónea para cualquier tipo de clase. Las ventajas que tiene el pizarrón
son varias, entre ellas podemos mencionar las siguientes: “Es un medio
barato siempre está listo para cuando lo
necesite el profesor; permite visualizar la información por un grupo grande,
los alumnos pueden practicar en ella (realizando actividades, exponiendo
conocimientos, etc.); se puede combinar con otros recursos; es difícil su
deterioro”[6].
Realmente, el
pizarrón, utilizado de la manera adecuada, casi no presenta ningún problema.
Las desventajas dependen, en la mayoría de las veces, del uso inadecuado del
profesor: Cuando se utiliza de manera excesiva, puede causar aburrimiento;
provoca cansancio visual; los colores inadecuados impiden la visualización a
todo el grupo; “no permite mantener la información, ya que si se desea
introducir nuevos contenidos hay que borrarla; el profesor da la espalda
mientras escribe”[7].
TIPOS
Existen
varios tipos de pizarrón que se adaptan a diferentes necesidades. En unos
casos, relacionados con las materias que se van a explicar, así los con-tenidos
de carácter matemático van a necesitar pizarras de gran tamaño, y en otros, con
las características de la sala, su aspecto, el mobiliario y los aparatos o
personas que allí se encuentran. Cuanto más grande es ésta más posibilidades
tiene como medio de expresión.
Cada tipo de pizarrón tiene sus
características y sus usos específicos, que pueden ser clasificados en 3 modelos: pizarrón tradicional, pizarrón
blanco o pintarrón y pizarrón electrónico.
Pizarrón tradicional
Son superficies
planas de color verde o negro, que son utilizados, generalmente, con una tiza o gis blanco. Este pizarrón es más aconsejable para su
empleo en aulas que van a tener un uso exhaustivo, ya que son las más durables
y de fácil mantenimiento; son las más económicas y las más sencillas; y, sobre
todo, son las que menos cansan la vista de los alumnos, porque son opacas y no
emiten reflejos. Este detalle es importante cuando está previsto que el alumno
pase muchas horas delante de ella y es muy digno de tener en cuenta cuando el
aula no tiene buenas condiciones de iluminación y, sobre todo, a última hora
del día donde los alumnos arrastran el cansancio de la jornada.
Su inconveniente principal es que la tiza
puede ser una fuente de polvo, que puede dañar equipos y aparatos, manchar la
ropa y, en algunos casos, provocar alergias y carnosidad en los dedos del
profesor. Pero afortunadamente, cada vez se emplea más un tipo de tiza que no produce
polvo y que, en consecuencia es más limpia. Para los casos de alergia se puede
emplear un portatizas que evite el contacto del yeso con la piel.
Los pizarrones tradicionales pueden ser
clasificados de acuerdo con el material con que fueron hechos:
De acero
vitrificado: Son las más aconsejables en las aulas donde van a tener un
empleo continuo e intensivo. Su gran dureza permite escribir con facilidad
trazos firmes y legibles y borrarlos sin que queden manchas ni restos de tiza.
Este pizarrón permite un fregado que es
aconsejable que se haga al final de cada clase. También permite la adhesión de
elementos magnéticos que complementen algunas explicaciones a base símbolos y
expresiones conceptuales.
De madera: Es un tipo de pizarrón barato y portátil
que tiene su utilidad en lugares donde no es posible colocar una pizarra sobre
la pared o tiene un empleo restringido. Este tipo de pizarrón se deteriora con
facilidad, lo que se pone de manifiesto en que cuesta trabajo borrarla, quedan
siempre restos de escritura y la marca que deja la tiza comienza a ser
imperceptible.
De cemento:
Son construidas directamente sobre la pared y preparadas para escribir con
tiza. Estos pizarrones son característicos de aulas antiguas. Cuando se
deterioran es necesario pintarlas con una pintura adecuada. Si la pared no
tiene un tratamiento bien hecho es muy dura para escribir sobre ellas,
presentan muchas irregularidades y son muy difíciles de borrar.
De lienzo
o de plástico: Son enrollables y están acondicionadas para escribir con
tiza. Son pizarras de quita poner y se
emplean sólo ocasionalmente.
Pizarrón blanco
Son tableros rectangulares, firmes y rígidos
de color banco, están hechas de polivinilo y sobre ellos se escribe con un
rotulador o marcador especial que se borra fácilmente. Este tipo de pizarrón es
más moderno y, actualmente, está sustituyendo a los pizarrones tradicionales.
El pintarrón es visualmente mas estético y
resulta ser mas didáctico dentro del salón de clases; el borrado es más rápido
y, a diferencia del pizarrón tradicional, no produce polvo, alergias o daños en
la piel; es más sencillo y rápido redactar ideas; es posible utilizar más
colores o algunos aditamentos magnéticos que refuercen la enseñanza.
Sin embargo, presenta varios inconvenientes:
se rayan y maltratan fácilmente; con el tiempo pierden el brillo y no se pueden
borrar bien por, lo tanto, hay que cambiarlas frecuentemente; los rotuladores
manchan las manos y cualquier superficie que se ponga en contacto con ellos, y
la mancha es más perdurable que la de la tiza; el trazo del rotulador es más
fino y es necesario escribir con la suficiente intensidad para que el trazo sea
legible; la pantalla es brillosa y, en una sesión larga, causa tedio y
cansancio visual en el alumno. Es muy importante recordar que nunca se debe
proyectar una película o una presentación directamente sobre el pizarrón. La
proyección sobre una superficie brillante crea reflejos que se transmiten al grupo,
creando una imagen muy difusa, sin contraste y que cansa inmediatamente la
vista del alumno. Para evitar estos inconvenientes es necesario colocar una
cortina color blanco opaco, que no refleje la luz del proyector.
El pizarrón electrónico
El desarrollo tecnológico ha tenido una gran
difusión en la sociedad actual, y las escuelas no han sido la excepción. Los
avances tecnológicos han modificado los métodos de enseñanza y los recursos didácticos. El pizarrón
electrónico es un elemento novedoso que está modificando el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
El pizarrón electrónico está compuesto por un
ordenador, un videoproyector y una pantalla sensible al tacto. El ordenador está
conectado a un videoproyector, que muestra la señal de ordenador sobre una superficie
lisa y rígida, sensible al tacto, desde la que se puede controlar el ordenador,
hacer anotaciones manuscritas sobre cualquier imagen proyectada, así como
guardarlas, imprimirlas, enviarlas por correo electrónico y exportarlas a
diversos formatos. La principal función de la pizarra es, pues, controlar el
ordenador mediante esta superficie con un bolígrafo, el dedo u otro dispositivo
como si se tratara de un ratón.
El ordenador (parecido a un CPU pero más pequeño) debe
ser capaz de reproducir toda la información multimedia almacenada en disco. El
sistema operativo del ordenador tiene que ser compatible con el software del
pizarrón proporcionado.
El videoproyector es el encargado de
transmitir la imagen del ordenador al pizarrón. Es conveniente colocarlo en el
techo y a una distancia del pizarrón que permita obtener una imagen luminosa de
gran tamaño.
La pantalla debe ser sensible al tacto con
los dedos o con una plumilla. Debe tener un software proporcionado por el
distribuidor y que generalmente permite: gestionar la pizarra, capturar imágenes,
disponer de plantillas de diversos recursos educativos, de herramientas tipo
zoom, conversor de texto manual a texto impreso, reconocimiento de escritura,
acceso a internet, a Word y PDF, etc.
La pizarra debe tener una buena resolución
de toque o sensibilidad; debe responder rápidamente al tacto; debe tener un
tiempo de respuesta de 15 milisegundos, para enviar la información del toque al
ordenador; debe tener una superficie activa limpia, donde se puedan detectar
las herramientas de trabajo; debe tener una conexión USB, Bluetooth o
identificación por radio frecuencia.
El pizarrón electrónico y su correcta
aplicación dentro del aula tiene diversas ventajas, a saber: Es un instrumento perfecto para el profesor
constructivista ya que es un dispositivo que favorece el pensamiento crítico de
los alumnos, el uso creativo sólo está limitado por la imaginación del docente
y de los alumnos; es un excelente recurso para su utilización en sistemas de
videoconferencia, favoreciendo el aprendizaje colaborativo a través de
herramientas de comunicación; es un recurso que despierta el interés de los
profesores a utilizar nuevas estrategias pedagógicas y a utilizar más
intensamente las TIC, animando al desarrollo profesional; es un recurso que se
acomoda a diferentes modos de enseñanza, reforzando las estrategias de
enseñanza con la clase completa, pero sirviendo como adecuada combinación con
el trabajo individual y grupal de los estudiantes; es un instrumento que le
permite al profesor la posibilidad de grabación, impresión y reutilización de
la clase reduciendo así el esfuerzo invertido y facilitando la revisión de lo
impartido, etc.
Sin embargo,
la mala utilización de este recurso genera diversos conflictos, a saber: Es un
instrumento de difícil aplicación y es necesario una preparación previa para su
ejecución; es un recurso demasiado costoso y no es accesible para todas las
escuelas; se debe ser muy cuidadoso al utilizarlo ya que necesita cuidados
especiales; su uso excesivo provocaría cansansío a los alumnos.
CONSEJOS
PRÁCTICOS
Para obtener la
máxima utilización del pizarrón, el profesor deberá analizar su propia
habilidad: crítica y objetivamente. Los años de experiencia con el medio, no
necesariamente aseguran la eficacia; por el contrario, puede significar que el
que lo usa ha estado cometiendo los mismos errores durante varios años.
Los consejos, que aquí mencionamos, no son
de difícil adquisición y pueden aprenderse y practicarse en poco tiempo. La práctica
posterior puede dar una mayor eficacia, y otorgarle al profesor un mejor
dominio de éste material. Así pues, insistimos que las reglas aquí formuladas
no se quedan en la simple lectura, sino que se ejecuten de manera constante pues,
como dicen: “La práctica hace al maestro”.
v
Mantener limpio el pizarrón. Antes de comenzar la clase, el profesor
deberá cerciorarse de que el pizarrón este perfectamente limpio. Deberá lavarse
periódicamente
v
Al escribir o dibujar se debe colocar a un lado. No debe pararse de
frente al mensaje escrito y debe voltear frecuentemente mientras escribe, para no fomentar el desorden en el grupo. Moverse
seguido.
v
Practicar la escritura hasta que el mensaje pueda escribirse rápidamente
y en forma legible. La letra cursiva puede usarse si es perfectamente legible,
pero las letras de imprenta son más rápidas al escribirse y sobre todo son más
fáciles de leer. La redacción debe ser breve y concisa.
v
Practicar y elaborar dibujos sencillos. Hacer los dibujos complicados en
el pizarrón antes de que comience la clase.
v
Al escribir, es conveniente moverse a lo largo del pizarrón. Esto ayudará
a que las líneas se mantengan derechas.
v
Para borrar, se debe pasar uniformemente el borrador de arriba abajo. Borrar
todo el material tan pronto como deje de necesitarlo.
v
No colocar demasiado material en una sola ocasión. Mantener sencilla la
presentación: “menos es más”.
v
Usar un indicador para señalar los elementos importantes.
v
En un aula de 10.5 metros de largo, la letra debe ser de 5 o 6 cm. de
alto y 0.5 cm de ancho para que sea visualizada en todo el salón.
[1] MORENO Y GARCÍA, ROBERTO ET al. “La enseñanza
audiovisual”. P, 233.
[2] SÁNCHEZ MAZA,
MIGUEL ÁNGEL. “Diseño de medios recursos
didácticos”. p, 41.
[3] DALE, EDGAR.
“Métodos de enseñanza audiovisual”. p, 333.
[4] SÁNCHEZ MAZA,
MIGUEL ÁNGEL. Op. cit. p, 41.
[5] BROWN, JAMES W. “Instrucción audiovisual”. Tecnología,
medios y métodos. p. 56.
[6] SÁNCHEZ MAZA,
MIGUEL ÁNGEL. Op. cit. p. 42.
[7] Ídem.
Hernández
Díaz María Trinidad
Ortiz
Cruz Cristian Uriel